16 mar 2008

Celebrar la Luna LLena



A veces, cuando el firmamento está lleno de nubes negras, de repente se abre una ventana de cielo azul y los rayos del sol se proyectan sobre la tierra. Eso es lo que ocurre durante la luna llena; se abre una ventana entre la humanidad y el mundo espiritual y se derrama en torrentes un río de luz, amor y poder, cargado con impresiones divinas.

Es muy beneficioso para el planeta y para la evolución humana, que estas energías puedan ingresar cada vez con más fuerza a través de los numerosos grupos de servidores, que en todo el mundo celebran este momento único de cada mes, desde diferentes países, idiomas y religiones.

En Piscis termina la rueda anual del zodiaco.
Es tiempo de agradecer los logros y las bendiciones que cada signo nos aportó. Y el haber podido compartir en grupo tan especiales momentos. A la vez que servimos, de la mano de todos los demás, crecemos de modo más armonioso y constante.
A veces nos damos cuenta, a veces no, pero en cada luna crecemos. y cada vez que el ciclo se inicia, estamos un pasito más allá en el camino hacia la luz que somos. Eso hace que siempre sea nuevo lo que parece repetirse.

Agradezcamos también las pequeñas cosas de cada día, que son los cimienetos de las cosas grades. Y sobre todo, no dejemos de observarnos para no caer en la crítica ni el juicio, ya que poco sabemos de las circunstancias y la vida de los demás.

Cada uno de nuestros pensamientos es una poderosa semilla, a la que damos forma y hacemos germinar. Ahí está la matriz de nuestra historia y ahí sembramos el futuro.
Y como todo final es la puerta a un nuevo inicio, en el próximo mes se inicia el ciclo de las tres lunas más importantes del año. Los tres festivales espirituales.
Abril: Festival de Pascua o de Cristo. (Occidente) En la luna llena de Aries, el primero de los tres festivales. En el, el Cristo resucitado y el amor que representa son el centro de la celebración.

Mayo: Festival de Wesak o de Budha (oriente).En la luna llena de Tauro, el segundo festival. En el que Budha y la sabiduría que el representa, son el centro de la celebración.
Junio: Festival del la buena voluntad o de la humanidad. En la luna de géminis el tercer festival, en el que la buena voluntad y la humanidad que aspira a establecer relaciones justas entre los hombres, son el centro de la celebración.


INTRODUCCIÓN a las MEDITACIONES de LUNA LLENA

“Los doce festivales anuales constituirán una revelación de la divinidad.” Alice A. Bailey

La meditación es un potente método para el servicio a la humanidad cuando la mente se emplea como un canal para la recepción de energías de luz, amor y voluntad al bien, y su direc­ción hacia el interior de la conciencia humana. Y el momento de la Luna Llena cada mes ofrece la mayor oportunidad para que la meditación, particularmente en forma grupal, sea utilizada como un medio de cooperación con el Propósito o Plan divino para nuestro mundo.

Cabe preguntarse: ¿Qué tiene que ver la Luna Llena con esto? Las energías de luz, amor y voluntad al bien están siempre asequibles para quienes se pongan en contacto con ellas en la meditación. Pero como en todos los aspectos de nuestra vida planetaria, hay ciclos de flujo y reflujo con los que pueden coo­perar conscientemente, tanto los grupos como los individuos. Uno de los mayores ciclos de energía coincide con las fases de la Luna, alcanzando su cima, su marea alta, en el momento de la Luna Llena. Este es un tiempo, por tanto, en que la canalización de energía, mediante la meditación en grupo, puede ser espe­cialmente efectiva.

La Luna por sí misma no posee influencia sobre el trabajo; pero la cara plenamente iluminada de la Luna indica una aline­ación libre y sin impedimentos entre nuestro planeta y el Sol, el centro solar, la fuente de energía de toda vida en la Tierra. En tiempos así, podernos realizar un definitivo acercamiento a Dios, el Creador, el centro de vida e inteligencia. Que la com­prensión de esto forma parte del antiguo entendimiento intuitivo de la humanidad, queda patente por las muchas festividades reli­giosas que están datadas con referencia a la Luna o a una cons­telación del zodíaco. La Ley de los Ciclos esotérica, la ley que está simbolizada por el crecimiento de la Luna hasta llegar a su brillo pleno, seguido por su mengua, afirma que podemos coo­perar conscientemente con el flujo de las energías espirituales:

“La meditación del alma es de naturaleza rítmica y cícli­ca como lo es todo en el cosmos. El alma respira y su for­ma vive por ello. La naturaleza rítmica de la meditación del alma no debe ser pasada por alto en la vida del aspi­rante. Hay un flujo y reflujo en toda la naturaleza, y en la marea del océano vemos la maravillosa representación de una ley eterna. (...) la idea de la respuesta cíclica al impulso del alma se halla detrás de las actividades de la meditación matutina, del recogimiento del mediodía y de la recapitulación vespertina. En los aspectos de Luna Llena y Luna Nueva tenemos un mayor flujo y reflujo.”
Actualmente innumerables grupos de servicio grandes y pequeños, se encuentran regularmente cada mes por todo el mundo en el momento del plenilunio para el trabajo de medita­ción. Es útil comprender que tales encuentros para la meditación grupal como servicio a la humanidad han sido celebrados durante muchas décadas. De modo que el trabajo no empieza desde cero cada mes o cada año. A través de los años se ha cre­ado un canal grupal, utilizable para la distribución de energía que, continuamente, crece y construye sobre lo que ha sido rea­lizado, y que requiere en todo momento por nuestra parte una comprensión más profunda y una acrecentada capacidad para penetrar en nuevos niveles de conciencia, elevando así la con­ciencia de la humanidad en su conjunto, aunque sea en una fracción no mensurable.

Es comprensible que esto resulte difícil para los recién llega­dos. Pero con el énfasis puesto en la contribución que cada uno puede realizar en la meditación, y en vista de la naturaleza gru­pal de este trabajo, que incluye individuos en diversos niveles de desarrollo y comprensión, fusionados a través del esfuerzo gru­pal en una unidad de funcionamiento, puede mantenerse un gru­po abierto en condiciones fluidas, sin que el poder del canal gru­pal resulte afectado, al mismo tiempo que se ofrece la oportuni­dad, a aquellos que quieran, de contribuir en lo que puedan. En otras palabras, venimos a dar, no a recibir.


Alice Bailey.

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