
SUEÑOS ROTOS
Como los niños que llorando traen sus juguetes rotos
Para que se los arreglemos,
Yo le llevé mis sueños rotos a Dios
Porque Él era mi Amigo.
Pero en lugar de dejarlo
En paz para que trabajara solo,
Me quedé cerca e intenté ayudar
A mi modo.
Al final se los arrebaté y grité:
“¿Cómo puedes ser tan lento”?
“Hijo mío –dijo él- ¿qué podía hacer?
No les distes alas en ningún momento
Anónimo
No hay comentarios:
Publicar un comentario