28 mar 2010

Alabanza y Maná


En tercera dimensión nos dirigimos a Dios con fórmulas de oración escritas por otros. Predomina la palabra para orar.

Si comenzamos a profundizar en nuestro Ser y nos encaminamos hacia la conciencia de cuarta dimensión, nuesro corazón entrará en la Alabanza.
La Alabanza es agradecer permanentemente a Dios por todo lo que nos toca vivir, aún lo más difícil y doloroso. Estamos todo el tiempo con Él, pase lo que pase.

Así nuestra alma se libera del sufrimiento y comienza a absorber la energía vital que es consecuencia de la Alabanza: el maná.

Sabemos que el maná es alimento. Es decir que uno se alimenta del propio resultado de la Alabanza permanente. El mismo acto de alabar es su consecuencia. El mantra hindú tiene también este efecto de luz inmediato.

Todas las puertas se abren de golpe, todo lo que estaba trabado cede; la cerrazón comienza a ser dulce apertura.

Una forma de alabar que te puedo dar es esta:

Yo te alabo y te bendigo, Padre Bueno, con toda la vida del Universo,
y te doy gracias y te alabo por todas las circunstancias de mi vida, aun las más difíciles y dolorosas.


Luego sigue tú con el lenguaje del Amor que entona tu propio corazón.

¿Qué sucede energéticamente en la Alabanza?

El corazón tiene un átomo permanente que recuerda su orígen divino. Los hindúes lo llaman "anu"
En la alabanza, anu genera cinco clases de electricidades etéricas. Una de ellas se produce desde el centro; dos, desde los dos extremos; y otras dos, desde el espacio comprendido entre el centro y cada uno de los extremos. Estas cinco electricidades, cuando se abre el Amor de nuestro corazón, son atraídas por la Sustancia Real-Dios, produciendo un campo magnético de perfección a nuestro alrededor, ya que estas cinco electricidades poseen toda la fuerza de la Creación. Es como si nuestro corazón tejiera un vestido de oro.

Alabar es recibir de inmediato la bendición y, al mismo tiempo, quedar fortalecidos en forma inmanente, más allá de lo que acontece en nuestra vida cotidiana. El fondo de nuestro Ser crece en receptividad (energía magnética).

En nuestra quinta dimensión tenemos la suficiente experiencia ganada en lo espiritual como para usar sabiamente el maná y el campo magnético de lo espiritual que la Alabanza ha construido.


Extracto tomado del libro: MER-KA-BA de Bernardo Wikinski

1 comentario:

Anónimo dijo...

No son necesarias las palabras para agradecer...agradecer continuamente por el milagro de la vida. El agradecimiento va más allá de los momentos "buenos" o "malos".
Es amor hacia la vida..hacia todo.
Gracias.
mariabuenog (no me deja publicar con google)