5 mar 2008

El Secreto de la Salud

INTRODUCCION

Como seres humanos somos células de un conglomerado cósmico; somos parte inherente de la vida universal. Con gran ingenuidad solemos pensar que "lo que yo haga no afectará a los demás", pero nos hemos de dar cuenta que inexorablemente nuestros pensamientos, palabras y actos, no solamente afectan nuestra vida de una manera agradable o desagradable para nuestro sentir, sino que también afecta a todos.

Como parte de la humanidad debiéramos esforzarnos cada momento para que nuestra palabra sea armoniosa, bella, veraz y espiritual; nuestras emociones lo más puras posibles, y nuestros sentimientos de bondad y de comprensión, para compartir con los demás el estado de armonía interna que podamos conquistar.

El sufrimiento de la humanidad, se debe al egoísmo que es separatividad; pensar: "lo que yo hago, es problema mío", es un tremendo error porque según como nos encontremos en un momento dado, así estaremos afectando el entorno en el cual vivimos. Es algo que podemos ver en todos los momentos de nuestra existencia, porque necesariamente formamos parte de un entorno con el que debemos aprender a convivir.

EL SECRETO DE LA SALUD

VIDA

El más grande misterio de la creación es la vida; ella es la razón de ser de todo cuanto Es. Somos parte de la vida que en el Universo se manifiesta como Soles, Galaxias, Constelaciones y en nosotros, en donde la vida tiene su morada, con una relativa independencia en la forma. Pero el cuerpo denso, no es la única corteza que utiliza nuestra vida, como centros de consciencia que somos, para su manifestación.

Tenemos además otras cortezas (o cuerpos), que están en relación con la vitalidad, con las emociones y deseos, con los pensamientos, con la imaginación, con los sentimientos y con los estados intuicional y conscientivo.

Todos son diferentes modalidades de expresión de la energía única, de la energía cósmica, de lo Divino, que solemos llamar Dios.

Realmente esa energía se ha convertido en substancia—vida para hacer posible los fenómenos de la consciencia, y de la posibilidad de amor relativo que vamos educiendo a lo largo de la evolución.

Pensamos que la felicidad depende de la comodidad física, de los millones que se tengan en una cuenta bancaria, de los lujos, o viajando a otro país; son ingenuidades, no depende de nada de eso. Son solamente situaciones muy superficiales en donde la profunda realidad, es nuestra realidad interior, de cómo llevamos nuestra vida y cuales son nuestros estados de sensibilidad y de consciencia.

Podemos tener mucho dinero pero si estamos siendo afectados por la emotividad, el odio, los celos, el temor, la envidia, la incertidumbre, estaremos en una etapa muy triste y no tendremos en ningún momento la paz interior que es lo que realmente debiéramos buscar.

Aunque nuestro trabajo sea sencillo y nuestra condición humilde, si cultivamos la armonía interior, luchando por decir la verdad en todos los momentos, con amabilidad, dulzura y cariño, intentando comprender en todo momento a los demás, tendríamos el paraíso, sin importar donde estemos.

La vida evoluciona en diferentes modos o estratos, y nuestro cuerpo como biotipo, depende de como lo hayamos cuidado en esta vida y en las anteriores.

Los Rosacruces siendo evolucionistas y reencarnacionistas, comprenden que el ser humano no puede llegar al sumum del conocimiento, de la armonía, de la consciencia y de la espiritualidad, en una etapa tan corta como cincuenta, setenta o noventa años. El ser humano ha de llegar a esquemas superiores de evolución para perfeccionarse sucesivamente, hasta liberarse del sufrimiento que implica estar en el plano físico con sus limitaciones, enfermedades y penas.

Es absurdo pensar en un Dios caprichoso e inconsciente, que a unos los hace nacer perfectos y sabios, y a otros imperfectos e ignorantes. Sería la mayor injusticia e inconsciencia de la suprema justicia y consciencia del Universo. Pero sí existe la eterna ley de causa y efecto a la cual el Sr. Jesús hizo referencia diciendo: "no hagas a otros lo que no quieras que hagan contigo", lo que para la física es un fenómeno muy sencillo: la ley de acción y reacción.

Tal como queremos que nos traten los demás, así debemos tratarlos; tal como queremos que sea nuestra salud y organización biológica en futuras encarnaciones, así debemos cuidar nuestro organismo y la semilla germinal, no abusando de ella, porque enfermedades tan graves como la tuberculosis, dependen del abuso de la energía psicogenésica en anteriores encarnaciones, lo que implica y explica que haya muchas personas que desde muy corta edad tengan grandes sufrimientos o padecimientos a nivel broncopulmonar que lo llevan a esa enfermedad que generalmente termina con el fallecimiento.

Al ser humano se le ha estudiado relativamente en el campo físico, también, aunque un poco menos, en lo fisiológico, menos lo psicológico en relación con la mente, y en los campos anímico, sensorial y conscientivo, prácticamente nada.

El hombre, no es la figura de carne y hueso relativamente bien o mal trajeada que vemos cada día, sino la VIDA que se encuentra tras de esa forma. El ser humano tiene un cuerpo que le permite adquirir la experiencia correspondiente a lo largo de la evolución, con el fin de que las facultades del alma y del espíritu, puedan ir creciendo, haciendo de este ser un ser superior. Esa es la finalidad de la evolución, llevar al hombre en un crecimiento constante tanto en el campo anímico y moral, como en el espiritual que es el estado conscientivo.

En la constitución fisiológica del ser humano, debemos tener en cuenta que dentro de ese mismo aspecto funcional, se encuentra la base relativamente importante de lo que es la salud o la enfermedad, y aunque estas no dependen solamente de la materia, tienen mucho que ver con la parte sutil, con aquella parte trascendente que está en relación con nuestras emociones, pensamientos, imágenes y sentimientos.

Podría decirse que esa es la parte más importante, más trascendente, en donde la corteza (cuerpo denso), que está cubriendo la parte espiritual, es el resultado de aquellas energías, que se encuentran tras de la forma.

LAS HORMONAS

(El elixir filosofal)


Embriológicamente, anexo al aparato digestivo se organizaron las glándulas endógenas o glándulas de secreción interna, que son las encargadas de liberar las hormonas. Esta palabra viene del griego y significa animar, mover. Realmente, ellas son las que dan la energía de la acción, y cada una de las glándulas que las producen, se encarga de un proceso no solamente físico sino psíquico, en relación con la naturaleza del hombre.

Es allí donde también debemos comprender la importancia de lo que es la tonificación y el fortalecimiento de los centros hormonales.

Las glándulas de secreción interna que se encuentran en el cerebro: la pineal y la pituitaria, se fortalecen a través de la nutrición rica en grasa y fósforo, como la que se encuentra en las nueces y en las almendras. Sería la mejor nutrición para el sistema nervioso cerebro—espinal y para las glándulas endógenas en general, pero particularmente para las cerebrales y las gónadas, que son otras glándulas de inmensa importancia en el campo hormonal.

Las glándulas endógenas pueden ser fortalecidas con alimentos especiales que las van fortaleciendo. En el caso de la tiroides que es un centro de inteligencia, de acción, de carácter y de fortaleza, debemos aprender a tonificarlo desde dos puntos de vista: siempre diciendo las cosas con armonía, con ritmo, con belleza y espiritualidad, para que el gran vórtice de energía (chakra) que llega a ese centro glandular, pueda trabajar perfectamente. Además, dándole las substancias que esa glándula necesita como el yodo y el arsénico que están presentes en estado coloidal en los alimentos.

El yodo se encuentra en los rábanos, frijoles, soya, tomate, piña, alimentos de mar, espinacas, leche entera y en la sal (yodada y de mar). El arsénico está presente en los frijoles, arroz, espinacas y en la lechuga. Estos alimentos consumidos con regularidad, le aportan a la tiroides los elementos que necesita para que ella funcione perfectamente.

La glándula timus, es una glándula que se encuentra casi atrofiada en el adulto, pero la persona que cultiva la inspiración, la poesía, la armonía interior, pone a vibrar el centro de energía que está en relación con esa glándula y si además consume leche, logrará nutrir y fortalecer ese centro también que es muy importante, porque despierta la inspiración, la poesía, la armonía y el sentimiento espiritual.

Las glándulas suprarrenales son las encargadas de darle tono al corazón y al cerebro, y también de dar la potencia correspondiente al centro reproductor. Las glándulas suprarrenales se debilitan en las personas que se mantienen constantemente preocupadas y con temores, como también todos aquellos que abusan del sexo. ¿Cómo se sabe que esas glándulas están debilitadas? Porque la persona se mantiene cansada, agotada crónicamente; además la tensión arterial comienza a bajar y decimos que la persona está hipotensa.

El elemento que fortalece estas glándulas es el cobre, que se encuentra en el coco, en el agua del coco, en la leche y en la miel de abejas. Son las substancias que logran regenerar, estimular las glándulas suprarrenales y que realmente debemos consumir en la alimentación diaria.

Las energías que circulan en el sistema nervioso cerebro—espinal, tienen un punto focal de donde se nutren; ese punto focal es el aparato reproductor. Allí comulgan dos aspectos: uno substancial, rico en fósforo y grasas que son de la misma constitución de las neuronas, y otro que es energía. En ese maridaje de substancia y energía en el aparato reproductor, es en donde estriba el misterio que los alquimistas buscaron y seguramente conocieron, de lo que llamaron el elíxir filosofal.

Es allí donde el ser humano tiene que detenerse y buscar nuevamente el misterio de la vida. Debe comprender el joven que el abuso de la energía psicosexual, ha de llevarle paulatinamente a la degeneración no solamente física, sino también moral y conscientiva.

Es una profunda realidad que toda persona que abusa de la esfera generatriz, va perdiendo su voluntad, su armonía interior y su salud física y moral. No tiene la misma capacidad de pensar y de discernir con lógica; va perdiendo la virilidad, va perdiendo el carácter y la decisión, que le han de convertir en un hombre exitoso o en una mujer magnética, sensible y espiritual.

He allí que el gran secreto de los antiguos alquimistas, si la humanidad lo comprendiera en su verdadera trascendencia, y lo llevara a la aplicación práctica, podría cambiar su vida, regenerándola totalmente.

Quienes abusan de esta fuerza tremenda, se convierten en fracasados. Es por eso que hoy en día, más y más jóvenes cuando tienen que enfrentarse al mundo, fracasan, porque han abusado de esa ingente energía que ha sido ofrendada por el Logos —la Inteligencia Cósmica— para que el ser humano pueda aprovecharla para dirigir su vida, porque realmente ese es el timón de nuestra vida y de nuestra evolución.

Toda persona que deba cumplir con su deber conyugal, y toda aquel que deba dedicarse a estudios prolongados, debe saber, que debe ingerir aquellas substancias ricas en fósforo tales como el maní, la leche y los bananos, en especial aquel bananito pequeño llamado "bocadillo"; además de un fruto muy nuestro llamado borojó, que es una de las frutas que tiene la mayor cantidad de fósforo en forma asimilable de ácido fosfórico.


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