21 ago 2008

"El mostrar la otra mejilla" por Brinda Mair

Cuando un aprendizaje se repite cíclicamente en nuestra vida es porque el Alma tiene muchos contratos firmados en el período entrevidas a fin de incorporar ese aprendizaje.

En este caso los contratos son muchos porque el Alma ha tratado de superar ese aprendizaje en otros espacios-tiempo vida en ciclos kármicos abiertos.

La dificultad principal para no cancelar esos contratos radica en nuestro Ego/Niño Interior. Cuando nuestro Yo va por la vida guiado por él, escindido del Alma, se encuentra repitiendo periódicamente los mismos aprendizajes.

El Ego/Niño Interior ha escuchado muchas veces que para ser buenos, cuando nos golpean en una mejilla, debemos mostrar la otra. Que esto nos ganará el Cielo.

Como es un niño, nuestro Ego ha querido creer que esta afirmación es cierta y la puso en práctica exponiéndose a ser golpeado nuevamente. Esto lo dejó a la defensiva.

Recordemos que nuestro Ego/Niño Interior es un niño abandonado, sufrido, lastimado, dejándose guiar por sus miedos y su instinto de supervivencia. Por su naturaleza infantil nuestro Ego necesita poder confiar y después de un tiempo, vuelve a creer y nuevamente resulta golpeado.

La sabiduría popular lo explica así: “No hay animal más tonto que el hombre que vuelve a caer dos veces en el mismo pozo”.

Como forma de defenderse nuestro Ego/Niño Interior, comienza a crear barreras como forma de defenderse de las agresiones tanto presentes como potenciales. Cuando una persona o situación nueva surge en nuestras vidas, el Ego/Niño Interior conoce lo que esa persona o situación nos ha ocasionado en otras encarnaciones y actúa bloqueando al Yo con el mecanismo que haya incorporado durante la infancia del Yo (comer, enfermar, enmudecer, tartamudear, temblar, paralizarse, llorar, etc.).

Tomemos el ejemplo de una persona que hace cursos de terapias alternativas porque quiere trabajar en esa profesión. Su Yo Personalidad le pide tener un título. El Ego/Niño Interior sabe que en otro espacio-tiempo, eso que ahora se quiere dedicar, le ocasionó que fuera perseguida y por lo tanto actúa bloqueando la realidad 3D de la persona. La persona manifiesta en su Yo Personalidad el no saber por dónde empezar a desarrollar su actividad. Los conocimientos se le confunden, siente inseguridad de si sirve o no para hacerlo.

El Ego/Niño Interior evita con todas sus energías que no suframos, porque si sufrimos piensa que nos enojaremos con él, lo culparemos y podemos llegar a abandonarlo. El no amarlo, significa para él morir. Para que no lleguemos a este punto, nos bloquea y provoca involuntariamente más dolor como mecanismo de defensa. ¿Cómo es esto? Los bloqueos que crea el Ego son barreras psíquicas, invisibles e inconscientes. Es la forma que utiliza el Ego/Niño Interior para evitar el dolor: se encierra. Crea un muro que lo aleje del dolor. Esta barrera es alimentada por el miedo a sufrir y a ser abandonado y crece en forma constante y no podemos ni sabemos cómo detener su expansión.

Demos un ejemplo: Supongamos que una joven Sonia ha sufrido un desengaño amoroso. Los primeros días llora desconsoladamente sintiendo lástima por sí misma por su mala suerte.

Al tiempo se convence que la vida debe continuar y se enoja y dice: “No lloro más”. Es en ese momento que el niño lastimado levanta un muro delante de su corazón para que el dolor ni las situaciones similares que el karma atraiga puedan alcanzarlo. Sonia deja de llorar. Quienes la conocen y la ven comparten con ella lo bien que se ve: mejora su aspecto físico, se arregla más que antes, porque el muro ha sido decorado, pero el cambio es sólo exterior y el corazón no ha sido sanado.

El tiempo pasa y el muro creado por la energía psíquica del miedo del Ego/Niño Interior sigue creciendo pero en forma imperceptible.

Las personas del entorno de Sonia no saben al igual que ella de la existencia del muro pero poco a poco no se sienten estimulados a visitarla hasta que terminan distanciándose.

No siempre esto ocurre de esta forma. Todo dependerá del aspecto kármico involucrado. El muro sigue creciendo, pero no a todos se nos manifiesta de la misma forma. Cada uno tiene su “talón de Aquiles” generado por la Ley de Causa y Efecto. Si para nosotros el tema kármico es el dinero, sentiremos que no nos llega. Si son las relaciones familiares, nos sentiremos abandonados o nos distanciaremos de ellas. Si son los amigos, ellos no responderán como nosotros lo desearíamos. Si es la pareja, ninguna oportunidad de relacionarnos que se nos acerque será lo que esperamos. Nada parecerá salir bien.

Aquí se llega a un punto donde se comienza a hacer evidente el aislamiento. Pero cuando tomamos conciencia de ello, estamos encerrados dentro de un laberinto del cual no podemos salir.

Nuestro Ego/Niño Interior confió y lo traicionaron. Puso la otra mejilla y lo golpearon nuevamente, hasta que finalmente se defendió y ahora está encerrado entre los muros del laberinto que él mismo creó, sin poder hallar la salida.

Poner la otra mejilla ¿Qué habrá querido decir Jesús con eso?

Nuestro Ego/Niño Interior lo puso en práctica y miren adónde llegamos...!

Poner la otra mejilla no significa ponerla para que nos peguen una y otra vez, sino que debemos poner la mejilla en conexión con nuestra Alma. Es ella quien nos guiará fuera del laberinto, ayudándonos a cancelar contratos.

Esto no es sencillo. Requiere pactar con el Ego/Niño Interior para que ceda su poder al Alma, y el Ego tiene mucho miedo de hacerlo porque teme confiar de nuevo.

Recordemos que el Alma tiene acceso al Plano Azul Original y sabe cómo cancelar los contratos.

Les voy a contar uno de mis aprendizajes kármicos y cómo cancelé uno de mis contratos.

Yo tengo una propiedad herencia familiar. En un determinado momento de mi historia personal, el Universo me dio un respiro del karma familiar, permitiendo que me fuera a vivir a un lugar mejor. Después de que me fui, la casa se ofreció en renta.

Como los conflictos kármicos en la energía del lugar no se habían resuelto, los contratos pendientes con la energía familiar, se reactivaron una y otra vez con los ocupantes ocasionales de la vivienda y también con los vecinos linderos. Todo aquél que iba a vivir allí recreaba en poco tiempo el rol que mi familia había actuado en ese lugar desde que yo era pequeña y que de adulta yo había vivido alternativamente con mis dos parejas. Como desconocía aún lo que ahora explico, simplemente, como todos lo hacemos, me limitaba a sufrir las situaciones que parecían no terminar nunca, cada vez, con un conflicto mayor.

El último año la casa estuvo cerrada, sin alquilar. Si uno se lamenta esperando un ingreso económico de donde uno presupone que la Fuente (Dios) nos debe proveer, cerraría la puerta a la prosperidad. Así que, opté por decirme que si no se rentaba era porque debía ser así y que la Fuente me traería lo que necesitara de otro lugar, y así fue.

En el mes de febrero del 2002, uno de los departamentos fue alquilado por una pareja joven. Como se interesaron en el tema, les expliqué cómo activar un circuito de Feng Shui en su lugar. (¡Qué más quería yo que fueran felices allí lo cual me ayudaría a mí indirectamente a resolver mi karma!).

Al mes de estar, un día voy al otro departamento que está en la misma propiedad y veo que todas las plantas trepadoras linderas de zonas comunes, habían sido arrancadas de la pared. Si me hubieran arrancado un brazo, habría sentido igual. No podía concebir que a alguien -sin poder hacerlo por lo establecido en un contrato- se le hubiera ocurrido hacer tal destrozo.

Mi Ego/Niña Interior, Gracy, estaba dolida. Llamé a mi Alma a la que llamo Marai, y le pedí ver el contrato que se había activado. El contrato era liberar el apego que yo creía no sentir y que este hecho me había hecho ver que mi emoción estaba fijada allí más de lo que yo habría admitido.

Para que puedan comprender este sentimiento hay que tener en cuenta que esa casa era un bastión de mi esfuerzo de años bajo la influencia de la 3D, donde cada ladrillo cuenta una historia. Lo que se me pedía ahora era desapegarme. ¿Cómo hacerlo? Pues superando el enojo, comprendiendo, amando y liberándome.

Cité a mis inquilinos -Silvia y Rodrigo- dándole el mando a Marai y les pregunté por qué habían arrancado las plantas. Ellos respondieron que no se habían dado cuenta de que estaban ocasionando un daño hasta que yo los detuve con una nota que les dejé. Pensaron en las plantas como maleza, no tuvieron ningún sentimiento hacia ellas. Sentí que sus disculpas eran genuinas y que no existió mala intención de su parte. Desde un punto de vista espiritual, yo sabía que habían actuado para mí ese rol para que yo aprendiera esa lección y se los agradecí.

A principios del mes de mayo, me avisaron que se retiraban de la propiedad por los problemas económicos de nuestro país dado que no podían seguir pagando y que les habían prestado una casa. Les recordé que teníamos un contrato, pero finalmente, acepté su rescisión y debían abonar el mes en curso y dejar inmediatamente la propiedad. Quedaron en regresar al día siguiente. Dos días después, no habiendo ellos regresado, se presentó una oportunidad de mostrar el departamento y fui a dejarles una nota en su puerta.

Al llegar sentí a la casa extraña: había sido abandonada. Encontré cables arrancados, basura de semanas desparramada, señales que los perros habían usado de sanitario las alfombras y como si esto fuera poco, faltaban pedazos en las puertas interiores. El olor era nauseabundo. No podía creer lo que veía.

Cuando la 3D nos toca de cerca, por más que nuestro propósito de vida sea manifestar la 5D, si el aprendizaje es kármico, puede sacarnos de nuestro centro. Durante unas horas no tuve ganas ni de sanarme ni de alinearme. Deseaba experimentar el dolor y lo sabía. Sabía que podía elevar la frecuencia pero tenía ganar de sufrir, de experimentar el dolor, de sentir lástima de mí misma, de vivir un duelo. Cuando terminé de hacerlo, elevé la frecuencia y vi al Maestro Jesús y le dije: “Ya volví, Maestro”. Y me sonrió.

Dos días después, mi lástima y mi dolor se convirtieron en enojo hacia Silvia y Rodrigo, que pese a ha haber desaparecido literalmente, yo podía sentir mis miedos y los suyos por el vínculo que Gracy, mi Niña Interior había creado en mi enojo, uniéndonos a todos en mi plexo solar.

Sabía que estaba eligiendo seguir a Gracy y sus miedos y no a Marai (mi Alma). Grazy me recordaba sus sentimientos a través de mi físico, constantemente, afectando mi plexo solar.

Como cada vez que se me presenta una situación kármica que resolver, yo me digo: “Si aprendo, me libero y no activo otro contrato”. Sabía que si seguía escuchando a Gracy terminaría activando otro pero durante unos días me fue muy difícil escuchar a Marai.

Me preguntaba si podría liberar tanto dolor transmutándolo en amor, perdón y comprensión.

Gracy sabía que cuando ocurrió lo de las plantas había mostrado la otra mejilla y ahora ¡esto!

Hacía mucho tiempo que no experimentaba enojo. Esta emoción es muy densa y termina lastimándolo a uno y no veía el momento de dejar de experimentarla. Sabía que si no resolvía esto quintodimensionalmente (5D), corría el riesgo de bajar mi frecuencia y para mí es un valor muy preciado saber que puedo contactar con mis guías y con mis frecuencias internas. ¿Iba acaso a arriesgarme a perder esto por cumplir con el capricho de Grazy que no dejaba de presionarme desde el físico para que la escuchara y la satisficiera reparando su ego dañado? La lucha conmigo misma fue titánica.

La situación era muy fuerte desde lo emocional, pero evidentemente su resolución requería encontrarme con mis inquilinos y no simplemente resolverme internamente, por lo que mis guías –pese a no interferir sobre mí con respecto a quién le entregaba el mando (si a Grazy o a Marai)- no se retiraron en este proceso y es más, me ayudaron a localizarlos.

Busqué un intermediario para contactarme con ellos, porque esta situación era muy penosa para mí. Ese intermediario fue Walter mi amigo y mi ex -marido, quien hizo que limpiaran y arreglaran el lugar (siempre necesité un hombre fuerte y grande que dijera cosas por mí, hasta que ese valor lo puse dentro. En el año 2002, aún no lo tenía)

Ahora bien: había que cancelar el contrato tanto el 3D como el 5D. Esto último debía hacerse transmutando la energía del enojo y frustración en amor y comprensión, pero hasta el momento no podía contener a Gracy.

Acordamos un día para rescindir el contrato 3D. Cuando llegaron yo le pedí a Walter que los atendiera hasta que yo me alineara. Comencé a llamar a Marai, mi Alma, y le pedí que tomara el mando en esta situación.

Fui a su encuentro y en la primera parte de la entrevista cada cual se mantuvo en su postura, justificando su actitud. No veía dónde podía ingresar Marai. El contrato 3D fue cancelado pero del otro, el que más me importaba, no había ni atisbos.

En un determinado momento el tono y energía de la conversación se volvió calma y amena. En ese momento miré a Walter y le dije: “¿Viste? Yo te había dicho que desde siempre nos comunicamos de esta forma cordial y correcta. No entiendo desde la 3D lo que ocurrió en estas dos últimas semanas, es incomprensible”.

La miré a Silvia y le hablé: “Te pido disculpas por las cosas que te dije. Me desconocía en medio de tanto enojo”. Ella me respondió: “Acepto tus disculpas y entiendo cómo debías sentirte. No fue nuestra intención ocasionar todo esto”.

Entonces me acomodé en el sillón y llamé a mi Alma para que tomara el mando y hablara a través de mí y dije: “En base a lo que yo creo tomo toda la energía de este contrato que vale para mí más de lo que el que acabamos de rescindir (y con un movimiento de mis manos –ademán que hago con frecuencia- tomé la energía que estaba sobre nosotros) y lo entrego al Universo transmutado en Luz”.

Walter me conoce desde hace años pero pese a haber visto la profundización progresiva de mi metamorfosis espiritual, elige por libre albedrío la 3D y este tipo de desenlaces lo descolocan,. El se sentiría mucho mejor dándole un final 3D porque en alguna frecuencia lo hace sentir más seguro.

Marai estaba supercontenta. El amor llenaba el lugar y ocurrió la maravilla, lo increíble: Silvia, Rodrigo y yo nos abrazamos, nos dimos un beso como viejos amigos que se despiden, como los seres de Luz que somos teniendo una experiencia física en el camino de nuestra evolución, nos deseamos mutuamente todo lo mejor y se fueron.

Marai no cabía de felicidad y yo sentía la alegría de un contrato cancelado y devuelto a la Luz. Grazy también estaba contenta porque podía volver a jugar.

Es posible, créanlo. Sé que no es del todo fácil, si lo fuera... ¿dónde estaría la inmensa alegría de verse superar nuestros miedos integrándolos al Yo. Sé que de aquí en más cada vez va a ser más fácil: esa es una parte de la recompensa. Luego, la vida cambia. Yo lo sé. Sé además que uno decide el cómo.


Con Amor Incondicional
Brinda Mair


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