Qué inmenso amor, qué consoladora paz y qué gozo tan embriagador te aguardan en las calmadas profundidades de tu ser!
En esas profundidadeses donde encontrarás a Dios.
Cuando invocamos a Dios desde la profunda quietud del corazón - con el anhelo puro y sincero de conocerle, de sentir su amor- , obtenemos infaliblemente su respuesta.
La dulce presencia del Amado Divino se convierte así en la Realidad suprema, que transforma nuestra vida y colma el alma de satisfación.
Sri Daya Mata.
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